El humanismo y el sentido político que promulga en su obra, se acoplan a una tendencia vanguardista decididamente empeñada en las obras de arte público, por esto resulta comprensible su cercanía con el muralismo, no sólo como propuesta plástica sino como símbolo de libertad. Oramas proclama el Arte Público como una forma elevada de expresión pictórica en que el artista deja de ser un intimista y se convierte en un hombre público, cuya pintura deja de ser una actividad privada para trocarse en una labor social y transformadora.